dissabte, 13 de juny del 2009

BAGUA


Hugo Blanco Galdos
Cusco 13 de junio del 2009


Comienzo señalando una diferencia entre la “modernidad” y la cosmovisión indígena:
El mundo civilizado ve el pasado como algo superado. “Primitivo” tiene implicancia peyorativa. Lo moderno, lo último, es lo mejor.
En mi idioma, el quechua, “Ñaupaq” significa “adelante” y a la vez “pasado”. “Qhepa” significa “posterior”, en el lugar y en el tiempo.
Ahora vemos que “el progreso” está llevando a la extinción de la especie humana a través del calentamiento global y de muchas otras formas de ataque a la naturaleza.

¿Qué son los pueblos amazónicos?

La población amazónica peruana abarca al 11% de la población. Habita la más extensa de las tres regiones naturales del Perú, el norte, centro y sur orientes. Habla decenas de lenguas y está compuesta de decenas de nacionalidades.

Los habitantes de la selva sudamericana son los indígenas menos contaminados por la “civilización” cuya etapa actual es el capitalismo neoliberal.

No fueron conquistados por el incanato, tampoco los invasores españoles los dominaron. El indígena serrano rebelde Juan Santos Atawallpa, al ser acosado por las tropas españolas, se replegó a la selva, al seno de esos pueblos, una de cuyas lenguas había aprendido, las fuerzas coloniales no consiguieron vencerle.

En la época de la explotación del caucho ingresó el capitalismo a la selva donde redujo a la esclavitud y masacró a poblaciones nativas, por esa razón muchas de ellas se mantienen hasta hoy en aislamiento voluntario, no desean ningún contacto con la “civilización”.

Los hermanos amazónicos no comparten los prejuicios de origen religioso del “mundo civilizado” de cubrirse el cuerpo con trapos aunque haga un calor intenso. La fuerte ofensiva moral de los misioneros religiosos y las leyes que defienden esos prejuicios han conseguido que algunos de ellos deban cubrirse partes del cuerpo, especialmente cuando van a las ciudades.

Se sienten integrantes de la Madre Naturaleza y la respetan profundamente. Cuando tienen que cultivar no hacen sembríos de un producto. Despejan un lugar del bosque, ponen en él diferentes plantas de distinta contextura, de diferente ciclo vital, juntas, imitando la naturaleza. Un palto o aguacate y enredado en él una calabaza, al lado un plátano, maíz, yuca (mandioca), una palmera de frutos comestibles. Luego de un tiempo devuelven ese lugar a la naturaleza y abren otro lugar para el cultivo.

Salen de cacería y recolección, cuando ven algo digno de ser cazado lo hacen, pasan por su cultivo, si ven que algo está maduro, lo recogen, si notan que hay que hacer algún arreglo lo hacen, después de un tiempo regresan a su vivienda, no se puede afirmar si han estado paseando o trabajando.

Beben el agua de ríos y arroyos y también se alimentan de peces.
Inclusive los indígenas serranos, más contaminados por la “civilización” les califican de ociosos, no quieren “progresar”, sólo quieren vivir bien.

Habitan chozas colectivas. No hay “partidos” ni votaciones, su organización social y política es la comunidad. No manda el jefe, manda el personaje colectivo, la comunidad.
Ellos han vivido ahí desde milenios antes de la invasión europea, milenios antes de la constitución del Estado Peruano que jamás les consultó para elaborar sus leyes con las cuales ahora les ataca pretendiendo exterminarlos.

Las empresas multinacionales

Esa vida apacible como parte de la naturaleza ahora se ve agredida por la voracidad de las empresas multinacionales: Extractoras de petróleo, gas y minerales. Depredadoras de los bosques.

A esas empresas, como reza la religión neoliberal, no les importa la agresión a la naturaleza ni la extinción de la especie humana, lo único que les interesa es la obtención de la mayor cantidad de dinero posible en el menor tiempo posible.

Envenenan el agua de los ríos, arrasan los árboles convirtiéndolos en madera: Matan la selva amazónica, madre de los nativos amazónicos. Eso es también matarlos a ellos.
Hay abundante legislación peruana que los protege, entre otras el convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) que es ley de nivel constitucional pues fue aprobada por el Congreso. Ese convenio estipula que cualquier disposición sobre los territorios indígenas debe ser consultada con las comunidades. También existen leyes de protección del medio ambiente.

Pero la legislación peruana es apenas un pequeño obstáculo para las grandes compañías que mediante el soborno logran poner a su servicio a todo el Estado Peruano: Presidente de la República, mayoría parlamentaria, Poder judicial, Fuerzas Armadas, Policía, etc. Los medios de comunicación también están en sus manos.

Al servicio de esas empresas que son sus amos, Alan García ha elaborado la teoría del “perro del hortelano”. Señala que los pequeños campesinos o las comunidades indígenas, como no tienen grandes capitales que invertir, deben dejar el paso libre a las grandes compañías depredadoras de la naturaleza como las compañías mineras en la sierra y las extractoras de hidrocarburos en la selva. En todo el territorio nacional deben dejar el paso libre a las grandes compañías agroindustriales que matan el suelo con el monocultivo y los agroquímicos y que trabajan productos de exportación y no para el mercado interno. Según él esa es la política que se necesita para que el Perú progrese.

Para implementar esa política obtuvo del Poder Legislativo la autorización para legislar, según dijo para adecuarnos al Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU.

Esa legislación fue una catarata de decretos leyes contra la organización comunal de indígenas de la sierra y de la selva que estorba el saqueo imperialista y abrió las puertas a la depredación de la naturaleza con el envenenamiento de los ríos, la esterilización del suelo con el monocultivo agroindustrial con el uso de agroquímicos y el arrasamiento de la selva con la extracción de hidrocarburos y madera.



Reacción indígena


Naturalmente indígenas de la sierra y la selva reaccionaron contra ese ataque y realizan muchas valientes luchas.
Pero es indudable que los indígenas menos contaminados, los que mejor conservan los principios indígenas de amor a la naturaleza, de colectivismo, de “mandar obedeciendo”, del “buen vivir”, son los amazónicos, quienes están a la cabeza de las luchas.
La mayor organización de los indígenas amazónicos es la Asociación Interétnica de la Selva Peruana (AIDESEP) que tiene bases en el norte, centro y sur de la amazonía peruana.
Exigen la derogatoria de los decretos leyes que afectan su vida impulsando la contaminación de ríos y la tala de bosques.
Su método de lucha consiste en interrupción de vías de transporte terrestre, interrupción del transporte fluvial, muy usado por las empresas multinacionales, toma de instalaciones, toma de campo de aviación. Cuando viene la represión se repliegan denunciando que el gobierno lo que quiere es represión y no diálogo.

En agosto del año pasado obtuvieron un triunfo logrando que el congreso derogara dos decretos ley antiamazónicos.

Este año iniciaron su lucha el 9 de abril. El gobierno con maniobras evitó debatir con ellos. Y con más maniobras evitó que el parlamento discutiera la inconstitucionalidad de un decreto ley que la comisión parlamentaria encargada de estudiarlo encontró anticonstitucional.

5 de junio

El 5 de junio, día mundial del medio ambiente, fue elegido por Alan García para desfogar su rabia anti-ecológica contra los defensores de la Amazonía,
Usó al cuerpo policial especializado en la represión a los movimientos sociales, la Dirección de Operaciones Especiales (DIROES).

Fueron atacados los hermanos awajun y wampis que bloqueaban la carretera cerca de la población de Bagua. A las 5 de la mañana comenzó la masacre desde los helicópteros y desde tierra. No se sabe cuántos son los muertos. Los policías no permitían la atención a los heridos, a quienes tomaban presos, ni el recojo de los cadáveres por los familiares.

Paso la palabra a Juan, quien estuvo en Bagua:

Por asuntos netamente laborales, el día de ayer tuve la oportunidad y el “privilegio” de estar por algunas horas en las ciudades de Bagua Chica y Bagua Grande, el ambiente que se respira es tenebroso, las “historias” que se cuentan son macabras y hasta inverosímiles, pero las personas que lo cuentan son personas que vivieron el terror, son testigos privilegiados de la otra realidad que el Perú oficial, los medios de comunicación, están tratando de ocultar, porque tuve la oportunidad de ver a varios reporteros de canales como el 2, 4, 5, 7, 9 etc. etc. pero no se dice nada de lo que la gente, testigos presenciales, repiten con insistencia y hasta el cansancio de la matanza que se produjo el viernes 05.

Dicen los bagüinos, prácticamente el 100% con los que converse, producidos los enfrentamientos, controlada la situación, los cadáveres de los nativos quedaron regados por toda la carretera próxima y en las inmediaciones de la Curva del Diablo, la policía tomó el control, de inmediato se declaró el toque de queda, empezó el apilamiento de los cadáveres, la cremación en plena carretera, otros fueron traslados a lugares no determinados, ni ubicados, embolsados y trasladados a los helicópteros de la policía que en un número de hasta 3 apoyaron el operativo. Muchos de estos cadáveres de humildes peruanos fueron arrojados a los ríos Marañón y Utcubamba, los mestizos de Bagua Chica y Bagua Grande estiman en un mínimo de 200 a 300 muertos de civiles.

Dicen que los hombres no lloran o no deben de llorar, soy un hombre hecho y derecho, en mi vida adulta sólo lloré en tres oportunidades, cuando fallecieron mis padres y dos de mis hermanos mayores, pero anoche viendo el reportaje de enemigos íntimos y recordando lo que en el día y la tarde de ayer fui testigo, les confieso que me puse a llorar como un niño
Para mí no hay distinción entre los muertos buenos y malos, tanto los nativos y los policías, son seres humanos, los únicos culpables de este horrendo crimen contra la humanidad son los políticos, muy especialmente el APRA, y los fujimoristas .

Amigos y compatriotas, no seamos indiferentes al dolor de nuestros hermanos nativos amazónicos, hagamos llegar nuestra protesta a los medios de comunicación que manipulan, esconden y tergiversan la información, pidamos que los responsables políticos del gobierno aprista sean sancionados, que los decretos en su totalidad sean derogados ¡¡¡¡Ahora!!!!

Muchas gracias por haber leído mi experiencia.


La Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH) relata: "Familiares y amigos buscan personas que podrían encontrarse refugiadas. Van a buscarlos a Bagua Grande, Bagua Chica y al cuartel Militar El Milagro y no los encuentran". Llama la atención sobre "la poca o nula información que dan las autoridades a los familiares". Además, Aprodeh informó de la existencia de 133 detenidos y 189 heridos.Mencionó también que las personas detenidas en el cuartel El Milagro se hallan en esta instalación militar desde hace 7 días sin una papeleta de detención que respalde esta privación de la libertad. Se comprobaron maltratos hacia algunos detenidos.
Los hermanos amazónicos se defendieron con lanzas y flechas; luego usaron las armas arrebatadas a los agresores. La ira hizo que tomaran una instalación petrolera en la que capturaron a un grupo de policías a quienes condujeron a la selva, ajusticiaron a algunos de ellos.

La población mestiza urbana de Bagua indignada por la masacre asaltó el local del APRA, el partido de gobierno y oficinas públicas, quemando sus vehículos. La policía asesinó a varios pobladores, entre ellos niños.

El gobierno decretó suspensión de garantías y toque de queda a partir de las 3 p.m.
Amparados por estas medidas los policías entraban a las casas a capturar nativos refugiados en ellas. Muchos de ellos debieron refugiarse en la iglesia.
No se sabe el número de presos y éstos no pueden tener el auxilio de abogados.
Se menciona centenares de desaparecidos.

Solidaridad


Afortunadamente la solidaridad es conmovedora.
En el Perú se ha organizado un frente de solidaridad.

El día 11 hubo manifestaciones de protesta por la masacre en varias ciudades del país: En Lima, que tradicionalmente se encuentra de espaldas al Perú profundo se menciona 4,000 personas, que hicieron la marcha bajo la amenaza de 2,500 policías, hubo enfrentamiento cerca del local del congreso de la república. En Arequipa más de 6 mil, en la zona de La Joya hubo bloqueo de la carretera Panamericana. En Puno hubo paralización de actividades, se atacó la sede del partido de gobierno. Hubo manifestaciones en Piura, Chiclayo, Tarapoto, Pucallpa, Cusco, Moquegua y muchas otras ciudades.

En el exterior son numerosas las acciones de protesta frente a las embajadas peruanas, tenemos noticias de Nueva York, Los Ángeles, Madrid, Barcelona, París, Grecia, Montreal, Costa Rica, Bélgica, entre otras.

Ha levantado su voz de protesta la encargada de asuntos indígenas de la ONU.
También se ha manifestado la Corte Interamericana de Derechso Humanos.
Hay periódicos del exterior que denuncian la masacre, como La Jornada de México.

La cólera aumenta por las declaraciones de Alan García a la prensa europea de que los nativos no son ciudadanos de primera categoría.
La selva continúa movida en Yurimaguas, en la zona Machiguenga del Cusco y otras regiones.

Los hermanos amazónicos y quienes les apoyan exigen la derogatoria de los decretos leyes 1090, 1064 y otros, que abren las puertas a la depredación de la selva.
A pesar de que la comisión del parlamento encargada del tema dictaminó la derogatoria de algunos decretos leyes por ser anticonstitucionales, la cámara optó por no discutirlos y declararlos “en suspenso” como quería el APRA. A 7 congresistas que protestaron por esta irregularidad los suspendieron por 120 días, de modo que la ultraderecha del parlamento (APRA, Unidad Nacional y el fujimorismo) tendrá en sus manos la elección de la próxima mesa directiva del parlamento.

El gobierno ha creado una “mesa de diálogo” en la que se excluye al organismo representativo de los indígenas amazónicos, AIDESEP, cuyo dirigente ha tenido que refugiarse en la embajada de Nicaragua pues el gobierno lo acusa de los crímenes del 5 de junio ordenados por Alan García.

La lucha amazónica ha de continuar, exigiendo el respeto a la selva.
Los nativos amazónicos saben que lo que está en disputa es su propia supervivencia.
Esperamos que la población mundial tome conciencia de que ellos están luchando en defensa de toda la especie humana, ya que la selva amazónica es el pulmón del mundo.

5 de junio: Día mundial del Medio Ambiente
5 de junio: Alan García masacra a los defensores del Medio Ambiente

dissabte, 4 d’octubre del 2008

MI DETENCIÓN


Hugo Blanco

En primer lugar manifiesto mi profunda gratitud a todas las personas e instituciones que al enterarse de que me detuvieron exigieron mi liberación. Todas ellas fueron importantes, entre las que más me emocionaron menciono el pronunciamiento de los hermanos canadienses, gracias a cuyo apoyo continúa editándose Lucha Indígena; de Conacami, con quienes compartimos la ansiedad por un proyecto político emanado de las organizaciones indígenas, campesinas y populares; de Wilbert Rozas, el alcalde que instituyó el gobierno del municipio por las comunidades indígenas que al enterarse de la noticia inmediatamente viajó a Paruro. Gracias a esa solidaridad fui rápidamente liberado ….temporalmente.


Mi ligazón a este caso se remonta a mi niñez en Huanoquite, Paruro, Cusco, cuando recibí el impacto de la noticia de que el hacendado Bartolomé Paz hizo que se marcara con hierro candente en la nalga de un campesino indígena sus iniciales: BP. Naturalmente el señor Paz no fue detenido, eso no se podía hacer con una persona de respeto. Probablemente ese hecho marcó el sentido de mi vida.


Ahora su hijo, Rosendo Paz, heredero de la hacienda, arrebata las tierras del anexo Markhura de la comunidad indígena de Tantarcalla, habiendo inclusive instalado en ellas un corral que es utilizado para el depósito de ganado robado, lo que fue denunciado por el propietario.


La comunidad tiene documentos que acreditan su propiedad. En el año 2006 los comuneros acudieron a la Federación campesina del Cusco, de la que son miembros, llevando sus títulos de propiedad, a solicitar la presencia de un delegado de dicha Federación para la ceremonia de distribución de tierras para su usufructo entre los miembros. Fui designado para esta tarea por la Federación, cumplí el mandato, comunicando ello inmediatamente después de realizado al puesto policial, la policía no objetó mi actuación.


Posteriormente el hacendado ordenó a la policía de Huanoquite bajo su mando que fuera a agredir a los comuneros, orden que fue inmediatamente cumplida por los policías. Como los comuneros tuvieron la osadía de resistirse al ataque fueron conducidos a golpes al pueblo y luego a la ciudad del Cusco, incluyendo mujeres con niños que lloraban. No estuve presente en esos sucesos pero fui llamado a declarar. Naturalmente quienes fueron calificados como delincuentes no fueron los agresores, sino las víctimas de la agresión.


Cuando al detenerme me dijeron que el delito por el que fui acusado era de “Violencia y Resistencia a la Autoridad” pensé que era el relativo a este suceso en el que no había estado presente. Me equivoqué, el señor juez tuvo la bondad de aclararme. El delito de “Violencia y Resistencia a la Autoridad” fue el de haber presidido la ceremonia de distribución de parcelas, en donde no hubo violencia alguna ni estuvo presente ninguna autoridad del Estado.


Entiendo, estamos en el país en que el Parlamento, abdicando de su tarea, autorizó al gobierno para legislar en su lugar contra el “Crimen organizado”. Alan García usó esa autorización para legislar contra los reclamos de la población organizada, penalizando la protesta.


Víctimas de este mágico manejo del lenguaje están presos y procesados centenares de personas que reclaman por sus derechos en todo el Perú. Compañeras y compañeros que tienen la desgracia de no ser conocidos y por lo tanto nadie levanta la voz de protesta por ellos, como afortunadamente se hizo en mi caso y por eso estoy temporalmente libre. Convoco a las voces solidarias que con su rápida acción me arrancaron de la prisión, a que juntos defendamos a todas las víctimas de la penalización de la protesta. Al parecer Conacami ya inició una campaña, participemos de ella. Conservaré las direcciones de quienes me liberaron con sus voces solidarias para invitarlos a organizarnos en defensa de las otras víctimas de la represión.


En cuanto a mi caso, no está concluido, el sistema acostumbra dejar la espada de Damocles pendiente de las cabezas de los que protestan, con la tácita amenaza de que si no corrigen su actitud y cierran la boca, la espada caerá.

El señor juez me hizo entrega de un documento ambiguo en el que se me cita para el 21 de noviembre “...que deberá concurrir indefectiblemente, quedando subsistente los oficios (sic) girados para su captura”. Es ambiguo, no dice que se me detendría en caso de no presentarme, dice simplemente “quedando subsistente los oficios (sic) girados para su captura”, así, queda a disposición de la represión la interpretación de la nota de acuerdo a las necesidades políticas del régimen.


Este es el tipo de papeles que acostumbran dar, que significan: “Si te callas no pasará nada, pero si continúas protestando entrarás preso”.
¿Cómo se explica que a más de dos años de los sucesos me hayan capturado sorpresivamente sin haberme notificado para que comparezca, si por un suceso posterior me citaron, comparecí y declaré?


La explicación es que entonces les molestaba poco mi actuación local. En cambio ahora que todo el campo se pone en ebullición por el fuerte ataque a las comunidades indígenas, organizaciones de diversos lugares del país me invitan para debatir sobre el ataque y coordinar la defensa, ya el premier me califica como “trasnochado” y les es muy molesta mi actividad.

Me comprometo a seguir luchando hasta mi último aliento contra la opresión a nuestros pueblos instituida hace 5 siglos.

3 de octubre de2008

divendres, 3 d’octubre del 2008

Perú: Lucha en la Amazonía. Choque de culturas, choque de filosofías



Hugo Blanco Galdós

Hace muchos milenios la selva está habitada por comunidades nativas, las que durante ese tiempo han sido educadas por la naturaleza selvática sobre cómo convivir dentro de ella. Han domesticado especies vegetales adaptándolas para el consumo humano, como la papaya y la yuca.

Saben cómo curarse. El mundo aprendió de ellos el uso de la quinina, lo que salvó la vida al futuro Rey Sol de Francia, nos enseñaron el uso de la uña de gato y muchas otras medicinas naturales.
Saben cómo cultivar la tierra sin matar la delgada y frágil capa de tierra fértil: Talan un espacio pequeño en el que cultivan diversas especies de diferente contextura y diferentes ciclos vitales, copian a la naturaleza.

Después de cierto tiempo devuelven ese territorio a la selva y practican la agricultura en otra parte. No necesitan ganadería depredadora, pescan y cazan.

No separan el trabajo del descanso. Salen de paseo, cuando encuentran algo que cazar lo hacen, recolectan frutos silvestres y al pasar por su cultivo, si hay algo maduro lo toman, si hay algún arreglo que hacer o algo que plantar lo hacen.

No son “dueños” de la tierra, son hijos de ella.Hace 5 siglos vinieron los invasores europeos y desde entonces ellos y sus descendientes están penetrando en la selva y matándola.

Los primeros grandes invasores-depredadores fueron los caucheros, luego los grandes hacendados que cultivaban la selva con una agricultura depredadora y una ganadería más depredadora, los lavadores de oro, los taladores de madera y ahora devastadoramente los extractores de hidrocarburos.

La irrupción del capitalismo contaminó en mayor o menor grado a muchos nativos, otros huyen de todo contacto con la civilización que mata su ámbito vital, que les somete al servilismo, que les asesina, que les contagia enfermedades desconocidas.

Ahora los invasores están agrediendo la selva fundamentalmente con la extracción de petróleo y gas, pero también con la tala para la ganadería, con la tala para extraer madera, con la tala y quema para agricultura extraña a la zona.
Matar la selva es matar a las poblaciones nativas de ella. Matar la amazonía es matar el principal pulmón del mundo. Defendamos a los hermanos amazónicos que están defendiendo al mundo.

Los invasores legalizan la agresión usando como justificativo las “leyes” elaboradas por ellos sin participación ni consulta a los nativos.
“Reconocen” que la superficie pertenece a las comunidades nativas, pero “no el subsuelo”, el que pertenece al “Estado” de los invasores.

Alan García dice que los nativos son “el perro del hortelano”, que no comen ni dejan comer, que hay que dar paso a las multinacionales.
Últimamente ha emitido una serie de Decretos Ley que ordenan que las tierras “improductivas” les sean arrebatadas, naturalmente para entregarlas a grandes empresas que depreden la selva para producir el “progreso”, impulsando la destrucción “legal” de la selva.

Quienes se creen blancos discriminan a los indígenas serranos. Los nativos selváticos son discriminados por quienes se consideran blancos, “criollos”, no indígenas; por los serranos y por los indígenas serranos que les califican de “salvajes”.

Ahora, son esos discriminados por los discriminados quienes están enseñando a la mayoría de la población explotada del país, cómo responder al ataque del gran capital, a Alan García y sus otros sirvientes.

Se han levantado en varios lugares de la selva impidiendo pacífica y multitudinariamente la continuación de la depredación amazónica, han paralizado actividades extractivas de hidrocarburos y productoras de electricidad.

El gobierno ha declarado el estado de emergencia en esas zonas. Ha enviado policías armados para contrarrestar esa actividad “ilegal”, los nativos les han desarmado pacíficamente. Hay choques con la policía en varias zonas.

Hay entrenamiento militar público de ataque a la población civil con saldo de muertos y heridos.

Los nativos quieren ser los dueños de su futuro, verán qué deben tomar de su pasado y qué deben incorporar de los otros conocimientos adquiridos.

Qué nos enseñan

- Que no sólo se trata de refutar la validez de las leyes de los opresores, sino que hay que responderles con acciones.
- Que se debe actuar simultáneamente en varias zonas.
- Que es posible desarmar a las fuerzas represivas.


¿Cómo continuará la lucha? Depende de la acción del resto de los explotados del país y de la solidaridad del exterior.
Si los dejamos solos probablemente Alan García les haga asesinar como lo demuestra su larga historia de crímenes.

Si nos incorporamos a su lucha, vencerán y su triunfo será nuestro, nos levantará el ánimo a los pobres del Perú y nos impulsará a seguir sus huellas.

Nosotros también preferimos el Buen Vivir, no a la manera selvática sino a la nuestra, que aunque todavía no podemos esbozarla, de lo que estamos seguros es de que estará basada en los principios colectivistas, solidarios, de nuestro pasado, así como en nuestra otra herencia cultural, el amor y respeto por la naturaleza cuyos hijos somos.

También estamos seguros de que es contraria al supuesto “progreso” que provoca el calentamiento global y la extinción de la especie humana, con los agregados de:

El envenenamiento de aguas y suelos por las compañías multinacionales extractoras de hidrocarburos y metales.
El envenenamiento de ríos, lagos y mares por otras actividades industriales.

La perforación de la capa de ozono que nos protege de los nocivos rayos ultravioletas del sol.

La energía atómica.
Los agroquímicos.
Los agrocombustibles.
Los transgénicos, etc.

¡Apoyemos la cultura de la vida por la que luchan nuestros hermanos de la selva!

¡Aplastemos la cultura de la muerte de las empresas multinacionales y su sirviente Alan García

REFLEXIONES DE UN HIJO DE UN HIJO DE PACHAMAMA ACERCA DE LA HISTORIA ANDINA

Búsqueda angustiosa
Hugo Blanco (1)

Tengo la certeza de que nuestra historia no fue como nos dicen quienes vinieron a matarnos, a engañarnos, a saquearnos, a explotarnos, a torturarnos, a calumniarnos. Sus herederos continúan aplastándonos y continúan mintiendo. No, no fue esa nuestra historia, ni con los maquillajes que le hacen. Pero ¿cómo fue? ¿Cuál era la manera como veíamos el mundo? ¿Cómo era nuestra religión? ¿Nuestra medicina? ¿Nuestra vida social? ¿Cómo estuvimos organizados antes de que vinieran los invasores, antes de que nos aplastaran?

Entre los españoles no faltó gente buena, que nos quería; pero tampoco podemos pensar que ellos decían la verdad, pues acomodaban su interpretación al concep­to que tenían de lo bueno y lo malo.
Lo único que nos queda es imitar a los arqueólogos; quienes con los restos de las construcciones que encuentran tienen que deducir qué es lo que había en el pasado. En igual forma con los restos que aún quedan de la visión del mundo de nuestros antepasados, de sus creencias religiosas, de la medicina, de la vida so­cial, de la organización, de la agricultura, tenemos que imaginar cómo era esa totalidad antes de ser despedazada; podemos ayudarnos con algunos datos de los historiadores, usándolos con sentido crítico.

LA ÉPOCA DE PACHAMAMA

Cuando en muchos lugares del mundo fue dándose la formación de la humani­dad, la manada se fue transformando en comunidades de personas en que todos y todas trabajaban para todos y todas. Cuando las mujeres inventaron la agricul­tura y la ganadería, estas actividades femeninas pasaron a ser complementarias de la caza, la pesca y la recolección; luego, cuando la agricultura y la ganadería evolucionaron, ocuparon el principal lugar de la actividad productiva y también los hombres se dedicaron a ellas. Parece que hasta este punto la historia de Europa y los Andes es similar y es a partir de entonces cuando comienza la diferenciación.

En Europa el incremento de la producción condujo a que unas personas se hicie­ran dueñas del terreno cultivable y de otras personas, surgió el esclavismo. En los Andes, la irregularidad del terreno que lo hace pródigo para la agricultura, tam­bién lo hace difícil para ella. Al parecer el trabajo de extensa infraestructura agrícola, como grandes terrazas y largos canales fue más fácil realizar con la unión de las comunidades libres que con un sistema de esclavos. Para hablar con la terminología quechua en que la comunidad campesina se denomina «ayllu», se habrían formado ayllus de ayllus; ese tipo de organización, en su desarrollo, habría sido la que organizó lo que hoy se conoce como culturas pre-incaicas y, en forma desarrollada, construyó el Tawantinsuyo, al cual, erróneamente, los inva­sores calificaron como «imperio», pues, desde su punto de vista, un estado tan extenso no podía sino ser imperio.

La cultura andina, esencialmente agrícola, llegó a un alto nivel en ese aspecto, hija de la geografía andina, pudo comprenderla y adaptarse magistralmente a ella (hablando en términos europeos diríamos que supo «dominar» la naturaleza; en nuestra concepción, no hay guerra con la Madre Tierra).

Señalemos aspectos del adelanto agrícola, algunos de ellos subsistentes hasta hoy:
Descubrió y creó diversas plantas alimenticias muy nutritivas, de las cuales Euro­pa sólo utilizó la papa y el maíz. No aprovechan más que en mínima escala muy recientemente: la qañiwa, la quinua, la kiwicha, el tarwi (chochos), la maca. Existen 2000 variedades de papa y cientos de las otras especies.

Sentía gran respeto por la naturaleza, por Pacha Mama. No nos referimos al no uso de agroquímicos que no existían, sino a otros aspectos, como el cuidado del suelo cultivable: Al hacer andenes, dejar franjas de hierba en las laderas para que contengan el terreno, dar un curso determinado a los canales con el objeto de que arrastraran poca tierra, hacer los surcos en las laderas con una inclinación deter­minada de acuerdo al grado de precipitación pluvial, apropiada para que la lluvia arrastre la menor cantidad de tierra posible (algunas de estas técnicas subsisten) Se enriquecía la tierra con wano («guano» en su deformación castellana) de isla, de llama, de cuy. Otro aspecto notable de su sentido ecológico es que antes de la invasión europea no se cazaba vicuñas, se las rodeaba, se las agarraba vivas, se las trasquilaba y liberaba.

Había y hay plena comprensión y aprovechamiento de la biodiversidad. Una comunidad de media altura tenía un grupo de su gente criando alpacas en la altura y otro cultivando coca en la parte baja. Cuando a un comunero se le pre­gunta qué produce su tierra y él contesta orgulloso que produce «completo», está indicando que cuenta con diversos pisos ecológicos. Recuerdo que cuando era niño bajaba de la puna a la orilla del río a cambiar papas con tunas. Cuando era joven salía de la ceja de selva a la sierra fría a canjear coca con ch"arki y queso (antes que el imperio ordenara exterminar la hoja sagrada).

Había conocimiento de cuál era la necesidad de alimentación a nivel de todo el Tawantinsuyo. De acuerdo a eso se planificaba a largo plazo la producción, la distribución de andenes, de canales, de caminos y de almacenes (qolqas), inclu­sive se planificaba la distribución geográfica de los propios productores, a eso se debía en gran medida la traslación de mitimaes, que fue atribuida sólo a la inten­ción de evitar rebeliones. Además de planificarse todo esto a nivel tawantinsuyano, se lo hacía a nivel de región, de cuencas y micro cuencas y de ayllus. Una mínima parte de ello es lo que hoy se hace a nivel de comunidad, planificando cuáles tierras van a descansar del cultivo y serán destinadas al pastoreo.

Confrontado a inclemencias climáticas, a la disminución de fertilidad del suelo y a la presencia de plagas, supo enfrentarlas con rotación de cultivos, con cultivos asociados y el desarrollo de variedades resistentes; el monocultivo antiecológico recomendado por la civilizada «revolución verde» era inconcebible. Un solo ejem­plo: Hay zonas donde hiela, algunos años más y otros menos.

El campesino indígena siembra juntas tres variedades de papa de grados diferentes de resisten­cia a la helada. Si hiela mucho, las variedades menos resistentes morirán y su follaje servirá de protección a la variedad más resistente que producirá; si hiela menos será la de resistencia intermedia la que produzca protegida por el follaje de la menos resistente; si hiela poco, la que dé será la variedad menos resistente que es la más productiva. Sea como fuere el campesino nunca se quedará sin papa. El tipo de organización social era el más apropiado para el trabajo agrícola andino que a veces requería de pequeños grupos y en otras ocasiones de grandes colecti­vidades, como cuando había que construir andenes, canales, caminos, almacenes.

Es indudable que existían capas privilegiadas, pero no había latifundio, era fun­damentalmente la colectividad la que trabajaba y usufructuaba lo producido. En los grandes almacenes descentralizados se guardaba alimentos en conserva: carne (ch'arki), papas (ch'uño), maíz (chochoqa) y otros. Cuando en alguna zona había hambre por la excesiva lluvia, falta de lluvia, granizada, helada, etc... Los alimentos almacenados iban a esa zona. No existían el hambre ni la miseria. Los huérfanos, ancianos, inválidos, eran parte de la gran familia comunal, no estaban abandonados.

LA ÉPOCA DE LOS ENEMIGOS DE PACHA MAMA Y DE LOS HIJOS DE ELLOS

El gran saqueo de los ornamentos religiosos y artísticos fue lo menos grave, no fueron lo peor las matanzas ni las muertes masivas por enfermedades desconoci­das. El enorme daño fue que la organización de la sociedad y de la producción agríco­la junto con su infraestructura fue destrozada por los invasores.

A partir de entonces, hasta hoy, nuestro pueblo dejó de producir para beneficio propio. Se abandonó la agricultura como principal ocupación. Orientaron la pro­ducción en beneficio de nuestros opresores extranjeros. Vinieron para quedarse hasta hoy, el hambre y la miseria.

Lanzaron a nuestro pueblo a trabajar en las minas de oro y plata. Enviaban niños y adolescentes a que vivieran dentro de las minas, donde comían, dormían, defecaban, trabajaban, trabajaban, trabajaban.... y morían. Sólo muertos se los sacaba a la luz del sol. Por eso muchos de ellos se suicidaban antes de entrar o eran matados por sus amorosas madres para librarles del infierno fabri­cado por los cristianos. Thupaq Amaru se levantó contra esos abusos, a él le descuartizaron en presencia de su familia, a los componentes de ésta les cortaron la lengua antes de asesinarles, prohibieron usar la ropa indígena, hablar el quechua y todo lo que recordara la época de Pacha Mama. Sin embargo, temerosos, aminoraron los abusos y el quechua fue más fuerte que los asesinos, no pudieron matarla.

El furioso ataque anti-agrícola que comenzó con la desorganización de la formi­dable sociedad agraria y con la priorización de la minería, continuó con los des­trozos de andenes y de los waru-waru del altiplano, los destrozos de canales, de caminos, la implantación del latifundio (encomiendas y repartimientos que luego tomaron el nombre de haciendas), trozaron a Pacha Mama y se repartieron los pedazos.

Hoy continuamos trabajando para nuestros amos extranjeros. Con la «indepen­dencia», aunque con bandera e himno nacional, pasamos a ser colonia de Ingla­terra, luego lo fuimos de Estados Unidos y ahora nuestros amos son las empresas multinacionales. Producimos lo que el amo de turno necesita: wano, salitre, cau­cho, algodón, azúcar, minerales, harina de pescado, cocaína, y el dinero que nos queda, también lo enviamos para nuestros amos con el nombre de deuda externa.

El latifundio traído por los invasores continuó muy bien de salud luego de la «independencia». El libertador Bolívar dio como premio a sus generales hacien­das, con todo e indios. Hubo «elecciones» pero los «indios» no votaban «por ser analfabetos» y continuaba el analfabetismo favorecido por los gobernantes «de­mocráticamente electos».

Los hijos de Thupaq Amaru nos estremecimos y continuamos con nuestra larga historia silenciada de levantamientos, luchamos contra el régimen de haciendas. Las haciendas fueron brutalmente defendidas por «el gobierno republicano de­mocrático», por «la clase política» (todavía está vivo y es muy respetado el masacrador «democrático» de indígenas antihaciendas, Fernando Belaúnde Terry).

Sin embargo, a pesar de las masacres y de las cárceles, la lucha siguió, hasta que «la clase dirigente» comprendió que le convenía retroceder y, aunque tergiver­sándola, «legalizó» la reforma agraria. Los hijos de Pacha Mama continuaron y continúan la lucha contra los aspectos deformantes de la «Reforma Agraria». Hace poco, uno de los gobiernos herederos de Pizarro, determinó que se «paga­ra la deuda agraria», es decir que se premiara a los exgamonales que heredaron una terrenos usurpados porque les sirvió para hacer trabajar gratuitamente a los indígenas en su propia tierra. Nadie protestó, ni las organizaciones de los campe­sinos que continúan en la miseria. El triunfo que significó la liquidación de las haciendas, se reflejó en el aspecto político y se dio voto a los analfabetos. .

El ayllu, la comunidad campesina, ha sido y es permanentemente acosado por enemigos de Pacha Mama: Lo combatieron los españoles, Bolívar pretendió disolverlo, fue atacado por Velasco Alvarado y por Fujimori. Pero el ayllu es más fuerte que sus enemigos, está en nuestra sangre. Lo hicimos avanzar expulsando a las haciendas. Continuamos triunfantes contra las organizaciones supuestamente colectivistas (SAIS y otras) que eran nuevos latifundios en beneficio de un reducido grupo de burócratas, impuestas por Velasco.

EL AYLLU HOY

La voracidad de los nuevos latifundistas favorecidos por Fujimori ha sido may en la costa, donde atacan a las comunidades. En la sierra el gran enemigo de ell son las empresas mineras, que están contaminando sus tierras cultivables y d prendando la naturaleza en general. Estos modernos asesinos de Pacha Mama so entusiastamente defendidos por el gobierno y la oposición, la «clase política» les rinde pleitesía porque así lo ordenan los amos extranjeros.

En estos casos el ayllu se bate en retirada contra los herederos de Pizarro (es', simbólico y muy significativo que el país sigue gobernado desde «el palacio de Pizarro»).

Las comunidades selváticas son agredidas, con anuencia de todos los gobiernos. por los taladores de madera y por las compañías petroleras y de gas que contami­nan el medio ambiente, contribuyen a saquear la madera y agreden la forma de vida de los habitantes milenarios de esas tierras. Hoy se cierne sobre ellas la amenaza de construcción de la carretera interoceánica exigida por las multinacio­nales con sede en Brasil y Asia.

Afortunadamente hay aspectos en los que el ayllu está avanzando. Uno de ellos es el avance de las rondas campesinas (las verdaderas, no las fabri­cadas por el ejército para combatir a Sendero). Son instituciones de justicia indí­gena y campesina que nacieron en el norte del país con muchas luchas contra los poderes de los opresores, sin embargo, ante el avance de ellas desde la ilegalidad, se vieron obligados a «legalizarlas» aunque deformando su sentido de independencia. Otro de ellos, muy importante, es el avance en el terreno municipal.

Cuando se liquidaron las haciendas y se dio voto a los analfabetos, en algunas zonas rurales continuaron reinando los poderes locales, a veces hacendados que se habían quedado con «lo mínimo inafectable» que eran las mejores tierras, otras veces exhacendados que continuaban siendo los «vecinos notables» o nue­vos «vecinos notables», nuevos opresores poderosos.

Contrariamente, en otros lugares comenzaron a surgir alcaldes y regidores cam­pesinos indígenas. Algunos de ellos traicionaban a su gente y se portaban tan mal como los «vecinos notables». Sin embargo, otros no olvidaron sus orígenes y costumbres comunales y convocaban a los presidentes de las comunidades para consultar con ellos sobre la actividad municipal; pero, como la ley ordena, en última instancia era el alcalde quien debía mandar.

En el distrito de Limatambo, provincia de Anta, departamento del Cusco, se ha dado un salto cualitativo. Ahí se reunieron las comunidades y eligieron a su can­didato en votación secreta, cuando éste triunfó, cumplió lo previamente acorda­do, que quien mandara no iba a ser él, sino la asamblea de delegados y delegadas de las comunidades, asamblea que se denominó «Consejo Comunal», y que posteriormente se convirtió en «Consejo Comunal y Vecinal», cuando los veci­nos de la pequeña población capital dejaron de ver como enemigo al municipio indígena y comprendieron que les convenía incorporarse al cuerpo gobernante. Podemos decir que es el resurgimiento moderno del ayllu de ayllus que hubo en nuestro pasado.

La democracia europeo-norteamericana ha sido históricamente falsa; la demo­cracia griega de los atenienses, inventores de esa palabra, era el mando de los esclavistas machos sin participación de los esclavos ni las mujeres. La actual, de la que el Perú se enorgullece, es la dictadura del dinero, mediante el cual se compran espacios de televisión, radio y periódicos escritos, se distribuye carteles y volantes en las campañas electorales; además, los candidatos hacen infinidad de promesas que no cumplen y...... no pasa nada.

La democracia indígena de Limatambo es el gobierno municipal en manos de toda la población organizada. Por lo tanto son imposibles la corrupción y el robo, toda la población está enterada de a dónde va el dinero. Así, éste se destina a lo que la población de las respectivas zonas del distrito necesita. Eso hace que, como el dinero recibido por el municipio es injustamente exiguo, los habitantes decidan trabajar en forma colectiva y gratuita, antigua y clásica costumbre del ayllu, pues el poco dinero recibido no alcanza a cubrir jornales.

Por eso el municipio de Limatambo rinde el triple de otros municipios. Por eso no hay comunidad que no tenga agua potable y carretera, lo cual es mucho decir en un distrito del interior de un país súper-explotado por las multinacionales como el Perú.

Esa democracia es una herencia cultural nuestra, hace milenios que la comunidad se gobierna a sí misma. Toda ella está interesada en los problemas de uno de sus miembros, de dichos problemas no se habla solamente en las asambleas; son temas de conversación en el trabajo, que se hace en forma colectiva con mucho interés, aunque sea para beneficio individual de alguno de los miem­bros.

También en las casas, donde no hay televisión, la familia trata estos proble­mas. Naturalmente que, los trabajos colectivos que hay que ejecutar, tienen un sitial importante; el arreglo del camino; donde hay, la chacra colectiva, son pro­blemas tratados por todos y todas y decididos por todos y todas.
Por supuesto que existen ayllus deformados, en los que manda un grupo de poderosos y no la colectividad. La influencia del corruptor mundo exterior es muy fuerte, pero esto no quita que la esencia del ayllu es la democracia.

Si política es el arte de gobernar y no aprovecharse de los bienes públicos para beneficio propio, los comuneros están más entrenados que nadie en este arte (de lo segundo conoce muy bien la «clase política»). Por lo tanto, no es nada extraño que el municipio más democrático del Perú haya surgido de las comunidades indígenas y no de una zona urbana donde el doctor o el ingeniero sólo gobiernan su casa.
En esa proeza que significa el rescate de nuestra tradición indígena en la práctica de la democracia, las principales protagonistas fueron las comunidades indíge­nas, pero es innegable el rol importante desarrollado por el inteligente, hábil trabajador y modesto alcalde de Limatambo, Wilbert Rozas, quien tiene su cora­zón entregado a los ayllus.

NUESTRO FUTURO

Conocer nuestro pasado nos ayuda a encontrar la ruta de nuestro futuro. No se trata de repetir lo vivido. Es otra época y la humanidad caminó y aprendió bastante.
Pero las raíces son raíces, y ellas determinan la forma de crecimiento del árbol. Fuimos llevados por rutas falsas, que no nos correspondían, que nos fueron trazadas por intereses ajenos a los nuestros.

Nos corresponde luchar para lograr tomar nuestro propio camino, para ser nue­vamente nosotros, no una caricatura de otros.

Continuamos aplastados, necesitamos una verdadera independencia, no nos bas­ta con aquélla que nos dieron y que sólo significó cambiar de amo, manteniendo no sólo la opresión exterior sino también la opresión interna. Thupaq Amaru no fue precursor de esa falsa independencia como pretenden hacernos creer nuestros opresores, fue precursor de la verdadera independencia que todavía está por forjarse. ¿Cómo construiremos el futuro cuando seamos realmente libres? No lo sabe­mos; «caminante no hay camino, se hace camino al andar»......

No lo sabemos, pero vislumbramos algo viendo nuestro pasado y nuestro presente: Somos hijos de una cultura fundamentalmente agrícola, esto es, productora de alimentos para el bienestar de la población. Creemos que la agricultura será el pilar de nuestra construcción futura. Quedará atrás no sólo el abandono vergon­zoso en que está sumida, sino también pondremos fin a la guerra furiosa que le hacen nuestros gobiernos, permitiendo la contaminación de nuestras tierras cul­tivables, robando agua a las comunidades de la sierra, depredando la selva amazónica, impulsando y permitiendo el uso de agroquímicos, importando pro­ductos agrícolas subvencionados en sus países de origen, etc.

Los intentos de industrialización no han sido más que débiles caricaturas aplasta­das por las potencias industriales.
La minería, desde la invasión, nos ha producido muchos males y muy pocos bienes, ahora nos produce más daño que nunca.
Los múltiples saqueos, también nos han hecho mucho daño (wano, caucho, harina de pescado, madera).

El respeto por Pacha Mama, hoy es compartido por grandes sectores de la huma­nidad que están contra el exterminio del mundo, volveremos a practicarlo.

La modernidad ve con mucho respeto nuestra biodiversidad. Hemos hablado de que ella fue comprendida y aprovechada por nuestros antepasados. Considera­mos que volverá a ser la veta de nuestro desarrollo, fundamentalmente en la producción de alimentos y de medicinas. No podemos competir en cantidad con los países de planicies, pero nadie puede competir con nuestra diversidad bioló­gica, aprovechémosla, no sólo para nuestro consumo, sino también para la ex­portación; la quinua está siendo conocida y respetada en Europa; la kiwicha es usada por los astronautas; en el país somos testigos de la expansión del consumo de maca. En cuanto a la medicina, la hoy mundialmente famosa uña de gato no es más que uno de los miles de productos medicinales que podemos aprovechar.cultivándolos, no depredándolos como se hizo con el caucho y se hace hoy con la uña de gato.

Paulatinamente debemos volver a planificar la producción de acuerdo a las nece­sidades; ahora, excluyendo la planificación a nivel de comunidad, estamos en cero; pues a los gobernantes no les importa si morimos de hambre, ellos tienen la tarea de cumplir con las exigencias de nuestros amos extranjeros. La Federación Departamental de Campesinos del Cusco intenta comenzar con la planificación en una micro cuenca.

El mar peruano ya no será depredado para alimentar a los gatos europeos como lo es hoy, habrá un aprovechamiento racional de su riqueza pesquera para darla de alimento a nuestro pueblo, tan carente de proteínas en su alimentación. Consideramos que la futura industrialización deberá estar al servicio de nuestra agricultura, adaptándonos, como en el pasado, a nuestra biodiversidad. No cree­mos que debamos poner grandes fábricas, sino pequeñas, cerca de las diversas fuentes de producción de materia prima. Son algunas de las proyecciones sobre las que conversamos en la Confederación Campesina del Perú.

Toda la organización actual del país, en sus múltiples aspectos, está fundamental­mente adecuada a los intereses de nuestros amos, principalmente extranjeros; no está al servicio de la población peruana, como nos dicen. Los encargados de cuidar esos intereses coloniales, también atienden los suyos propios, lo que ha­cen a su vez sus subordinados. Así, el Perú es saqueado de arriba abajo, se nos roba en todos los niveles, desde las grandes y poderosas multinacionales hasta los pobres policías o secretarios de juzgado, es por eso que nos morimos de
hambre, no es como se esfuerzan en hacernos creer, que el peruano es vago y bruto, tampoco nos faltan recursos naturales. A quienes gobiernan el país, lo último que les importa, es lo que necesita o conviene a sus habitantes.

La población peruana tiene el derecho de atender sus propios intereses, de que su trabajo y el uso de los recursos este dedicado a eso, en todos los aspectos. Ya hemos hablado sobre la agricultura, mencionemos, como ejemplo, otros aspectos: Sobre la justicia en el Perú hay tanto que hablar que da ganas de hablar poco. Sabemos que, a pesar de los cambios últimos y con honrosas excepciones, de arriba abajo es un antro de corrupción. Las leyes están hechas por el parlamento, cuya mayoría no defiende los intereses del pueblo sino de los opresores. Pero, cuando esas leyes tocan los intereses de los ricos, ni ellas se cumplen. Los jueces, vocales, fiscales, no son elegidos por el pueblo. Hay que pagar a los abogados, vocales, fiscales, jueces, escribanos, secretarios. La justicia es una mercancía más. Hay muchos inocentes y personas que han cometido faltas leves que mue­ren en las prisiones. Mientras grandes delincuentes andan libres y son muy respe­tados, por ejemplo los funcionarios de las minas que contaminan el ambiente causando la muerte de muchos peruanos o los que saquean la selva amazónica o el mar, asesinando el futuro. Es una podredumbre que el sólo mencionarla da asco. La institución policial no sólo es excesivamente corrupta, sino que está al servicio de los poderosos y sirve para cuidar sus intereses; muchos de los mejores hijos del pueblo han sido asesinados por ella, sin que esto quiera decir que no haya muy buenas personas entre los policías

Para el ejercicio de justicia y la función policial tenemos una guía. Las rondas campesinas nos enseñan que la verdadera justicia es la que administran las perso­nas encomendadas por la colectividad para hacerlo, bajo la supervigilancia direc­ta de esa misma colectividad.

En cuanto a la medicina, sabemos qué es lo que sufrimos por nuestra condición de colonia: Medicinas que están prohibidas en los países de nuestros amos por ser de nocividad comprobada, se expenden libremente entre nosotros; porque lo importante para quienes nos gobiernan, es la salud de las multinacionales que las producen, no la de nuestro pueblo. Medicinas que fueron probadas en especies animales pasan luego a serlo en nosotros, si la gente de acá muere al usarlas, queda descartado su uso por la población de los «países adelantados». La aten­ción en nuestros hospitales y postas médicas es una caricatura de la que se tiene en los países de los amos; en el campo abundan las postas médicas sin medicinas. La mayor parte de estas es sólo para curar a la gente adinerada, de la otra, a los gobernantes no les importa si se muere.

Además de estas características que sufrimos por ser colonia, hay otros inconve­nientes en la llamada «medicina científica occidental»: También a la atención de los pacientes ha llegado la «producción en serie del mundo civilizado», ya no somos personas, somos cosas que necesitan refacción en determinada pieza, de eso se encarga el especialista respectivo en el departamento dedicado a la refac­ción de ese tipo de piezas. Por lo tanto no se atiende a la persona, sino al órgano, el especialista en ese órgano; pero el paciente es un individuo integral, con características peculiares propias, sicológica y fisiológicamente; una de consecuencias nocivas de esta forma de encarar la salud, es que muchas medicinas sanan el órgano al que están destinadas pero enferman a otros. Reitera lo que interesa es la salud de los laboratorios multinacionales como Bayer, Roche Parque Davis, no es la salud de la gente.

También en este campo debemos mirar nuestro pasado que afortunadamente mantiene vivo en muchos aspectos de la medicina natural. Los adelantos de ciencia deberíamos usarlos para estudiar nuestra biodiversidad escuchando a nuestros médicos, a los llamados «curanderos». Algunas veces será útil hacer extractos del principio activo de una planta o de un animal, otras veces no.

Al contemplar la educación en el Perú, vemos que tiene muy poco que ver las necesidades de nuestro pueblo. Por ejemplo, en el campo debiera darse importancia al entorno en que vive el alumno, fundamentalmente a la formación agropecuaria, pero no sólo a eso; el niño rural vive en un ámbito geográfico social completamente diferente al niño urbano, no se le enseña nada acerca de se medio ambiente, pero sí tiene que memorizar las palabras que dijo Alfonso Ugarte antes de suicidarse.

Otro mal muy grave es que no se educa a los niños en su propia lengua sino en la de los invasores, esto causa muchos males; por ejemplo, la tarea inicial en la escuela es aprender las cinco vocales castellanas, como en quechua existe sólo una de ellas y otras dos que no hay en Castellano, el niño quechua no puede pronunciar­las, el de habla castellana sí; por lo tanto, la primera lección aprendida por el niño quechua es que «es bruto por ser indio»; el daño producido por esto le acompa­ñará toda su vida.

Algo muy nocivo para la educación, que es denunciado cada día, es el mísero salario de los profesores. A causa de ello, muchos estudiantes que no han podido ingresar a la escuela militar o a otras carreras, se resignan con cólera a ser maes­tros, en lugar de nada. No es ése el tipo de educadores que necesitamos, quere­mos personas que disfruten enseñando porque les guste esa labor. Además, los exiguos ingresos no permiten la adquisición de libros para superarse. Una mala consecuencia adicional, es que para ganar el dinero que requieren, deben dedi­carse a realizar otros trabajos que absorben su atención. Así, llegan a la escuela llenos de frustraciones, coléricos, con el pensamiento puesto en su otro trabajo; esto, naturalmente, redunda negativamente en la enseñanza.
He dado algunas opiniones sobre agricultura, justicia, salud, educación; pero soy consciente de que sólo son opiniones de un individuo. Quien determine lo que en el futuro se haga, no he de ser yo ni nadie en particular. Luego de escu­char y evaluar lo manifestado por personas entendidas en cada uno de los temas, será la colectividad organizada, la que sufre los males actuales, la directamente interesada en el cambio, quien señale el mejor camino en cada uno de los aspec­tos; si la práctica le indica que se equivocó, ella misma, experimentando, se co­rregirá. Ese el único gobierno en el que podemos confiar, el único con garantía de interés y de honradez, imposible de ser sobornado.

Creemos que el municipio de Limatambo nos da un buen ejemplo de cómo deben ser gobernadas las pequeñas poblaciones del país y el Perú entero, por asambleas de delegados y delegadas del pueblo organizado; recién entonces ten­dremos la verdadera democracia, no necesitamos la actual dictadura de las gran­des empresas multinacionales mediante sus sirvientes peruanos, disfrazada de democracia; nuestro pueblo no necesita esa dictadura ni ninguna otra, merece ejercer y disfrutar la democracia verdadera, la democracia del ayllu.



(1) Hugo Blanco nació en Cuzco (Perú) y realizó estudios de agronomía en Argentina, en la Universidad del Mar del Plata. Viajó por Argentina y Chile y de vuelta a Perú trabajó con los campesinos del Valle de la Convención. Una gran huelga campesina en los años 60 del valle del Cusco derivo en enfrentamiento armado con el ejército. Hugo Blanco había sido elegido responsable de la autodefensa. Fue detenido, procesado y pasó varios años en la cárcel con petición de pena de muerte. Tras una gran campaña de solidaridad internacional, fue deportado a Suecia. A su vuelta a Perú, tras una amnistía, fue elegido para la dirigencia de la Confederación Campesina de Perú y entró en el Parlamento en representación de la izquierda peruana. Muchas personas en Perú le identifican con la consigna “tierra o muerte”.


Hugo Blanco Galdós


Blanco Galdós, Hugo (1934- ) Peruano, ex-líder guerrillero. Nació en 1934 en el Cusco - Perú, donde creció. En 1954 viajó para estudiar en Buenos Aires, donde conoció al movimiento trotskista y obtuvo sus primeras experiencias sindicales.

De regreso al Perú se integró al Partido Obrero Revolucionario en Lima y participó en la famosa "bienvenida" al entonces vice-presidente de los EEUU, Richard Nixon, en 1958. A raíz de su participación aquellas manifestaciones, Blanco captó el interés de los custodios del orden, razón por la cual el POR decidió trasladarlo a su región natal.

De vuelta en el Cusco, Blanco se integra a la Federación Departamental del Cusco como delegado del Sindicato Unico de Vendedores de Periódicos, y luego al Sindicato de Campesinos de Chaupimayo. Sus experiencias en éste último le ayudaron a obtener una mejor perspectiva sobre la problemática agraria del Perú y a salir del esquema "obrerista" del POR, especialmente tras su elección como delegado del sindicato ante la Confederación Campesina del Perú.

Incrementa su participación en los sindicatos campesinos y ocupa diversos cargos en la Federación Provincial de La Convención culminando en abril de 1962 con su elección a la presidencia de dicho organismo en momentos en que la lucha campesina llegaba a incluir tomas de tierras.

Ante la escalada represiva en contra del movimiento campesino que resultó, el sindicato de Chaupimayo, en el cual militaba Blanco, optó por defenderse con las armas y se organizó la columna guerrillera Brigada Remigio Huamán, nombrada en honor a un campesino asesinado por la policía. Pero, el accionar de la guerrilla fue breve, ya que en mayo de 1963 se desbarató la columna y Blanco fue capturado. En 1966, tras tres años de cárcel, fue por fín juzgado y sentenciado a veinticinco años en la notoria isla penal de El Frontón.

Solo una campaña internacional lo había salvado de la pena de muerte. En 1970 el gobierno reformista militar de Juan Velasco Alvarado le dá la libertad y pero lo deporta en 1971. Tras vivir en México, Suecia, Argentina y Chile, Blanco vuelve al Perú en 1975 y se reíntegra a la vida política del país.

En 1976, tras fuerte protesta popular contra el nuevo gobierno militar, encabezado por el Gen. Francisco Morales Bermúdez, Blanco es nuevamente enviado al exilio. Regresa en 1978 y es electo a participar en la Asamblea Constituyente que aprobaría una nueva Constitución para la transición a gobierno civil.

En la década siguiente fue varias veces electo al Congreso de la República en la bancada de la Izquierda Unida y en los noventa se dedicó a defender los intereses de los campesinos del Cuzco y a promover la propuesta de que para combatir al narcotráfico sería necesario ganarse al campesinado con la legalización del cultivo de la hoja de coca y de que los países industrializados compren el 100% de la cosecha. (JRF)

Obtenido de

"
http://es.wikipedia.org/wiki/Hugo_Blanco_Gald%C3%B3s"